El jueves fuimos unos malvados piratas durante todo el día. Era el momento tan esperado de poder llevar a casa las banderas que tanto trabajo nos ha costado realizar ( tres años ni más ni menos). Pero como no podía ser de otra manera, tuvimos que hacer el gran esfuerzo de sumergirnos en el mundo de los piraytas para ser uno de ellos y poder cargar la bandera.
Hicimos varias actividades, escuchamos canciones, aprendimos cosas sobre los barcos como sus partes, nos fijamos en su vestimenta y finalmente, nos convertimos en uno de ellos.
Ha sido un trabajo largo e intenso, pero a la vista queda que ha merecido la pena. La bandera comenzó cuando eran muy pequeños, en primero de infantil, y es un ejemplo claro de su avance y crecimiento, ya que poco a poco han ido dando puntadas, que a veces parecían insignificantes, pero que han dado su fruto como ha quedado demostrado.
Ahora les queda la tarea de colocar la bandera en su barco pirata y disfrutarlo.
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